IMPRESCINDIBLE PARA NUESTRA PROFESIÓN
Tengo la impresión, siempre que regreso de un viaje, de una renovación interior. Siento que mi mente, como todo mi cuerpo, se renueva y crece en mí un nuevo reto de superación que hace sentirme vivo y con ilusiones nuevas tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Hace unos días que viajé por motivos profesionales a esa ciudad que nunca defrauda, la cual siempre por muchos años que la visites sorprende y aprendes de ella. Londres. Más que una ciudad es un estilo de vida. No sólo aprendes en los shows y desfiles de moda sino en los movimientos urbanos que te conducen a la esencia de todas las corrientes multirraciales que nunca te podrías imaginar.
A tan sólo a 20 minutos de la city, en metro o coche, se encuentra un barrio, para mí talismán. Bristom, también conocido como la pequeña Jamaica. Una zona que hace años era un suburbio nada recomendable a sabido salir de esa marginación social para hoy convertirse en un punto donde el diseño de sus locales, la libertad de sus gentes, sus olores, sus mercados, sus calles,... impasibles al paso del tiempo te hacen olvidar por momentos que estás en una de las ciudades más avanzadas del mundo. Un lugar donde la creativididad nace de lo viejo y lo cutre, centro de inspiración de artistas, intelectuales, modernas psicodélicas, diseñadores y, como no, de soñadores como todos nosotros: espectadores de toda esta fuerza que se transmite como un imán.
Por todo ello pienso en lo importante que es para nuestra profesión el que nos impregnemos de todas estas corrientes para seguir alimentando a nuestra imaginación y nuestro sentido estético. ¡No tan sólo es importante hacer cursos y atelieres! Sino viajar y descubrir de todas las ciudades su interior y sus movimientos sociales, que es lo que pluraliza cada rincón de este planeta.
Gracias a mis compañeros de viaje que hicieron de él, por sus comentarios y experiencia, vivir por unos días la moda al más alto nivel.
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