Dicen las leyendas que de la costilla de un antepasado nació la primera mujer. Generosidad masculina.
Parir y dar vida fue su primer cometido. Los siguientes los ha tenido que ganar paso a paso, segundo a segundo, gota a gota. Su fortaleza, como una coraza, ha sido construida generaciones tras generaciones. Ha desarrollado la intuición como una persona ciega; la inteligencia como medio de subsistencia; la capacidad como arma reivindicativa; las emociones como filosofía de vida.
Yo vivo de ellas. No de gigoló (¡que ya me gustaría!), sino de hacerlas, o al menos intentarlo, más bellas y resaltar esa belleza que cada diosa lleva en su interior. Darles seguridad con un buen estilo o un color de cabello apropiado. Cuando a veces llegan a mí y me dicen: “¡hazme algo! ¡Cámbiame! No puedo más.” Triste vida, qué injusta es a veces.
Por suerte para la humanidad grandes mujeres han destacado a lo largo de la historia, demostrando que el mundo es de ellas. La capacidad de soportar el dolor físico y espiritual que han padecido durante generaciones les ha hecho invencibles. Las que lo han conseguido ahí están haciendo temblar los más inverosímiles resquicios machistas que aún existen.
Que el mundo de la moda, peluqueros, fotógrafos, maquilladores, diseñadores…, está dominado por hombres es algo visible. Ellos, parece ser, deciden por mayoría cuáles son los cánones actuales y futuros de la moda. Ellas los aceptan y como tal se sienten resignadas al papel profesional que les ha tocado vivir.
Yo me pregunto: ¿realmente está luchando el colectivo femenino, por cierto el más numeroso de nuestro sector, porque esto cambie? ¿O bien vivís en la comodidad de pensar que esto no tiene solución? Sí, sí… ya sé… Tenéis que parir, es vuestro primer cometido. Luego la familia, cuidarla es prioritario. Sin daros cuenta, con los años, os vais convirtiendo en súper-women trabajando fuera y dentro de casa. Vuestras parejas progresan en su vida laboral y vosotras, muchas de vosotras, quedáis ahí con vuestros negocios, proyectos de futuro y crecimiento personal relegados a una ayuda familiar que, en muchas ocasiones, tenéis que abandonar o sacrificar en detrimento de vuestra pareja.
Tener hijos es maravilloso y vital. Aunque en la vida profesional de una persona el tiempo perdido por tener un hijo o dos es puramente anecdótico. La familia y sus cuidados es cosa de mayor implicación. ¿Hay más cosas? Ya lo sé… No siento como vosotras, ni tan siquiera puedo tocar vuestra sensibilidad ni sentir todas vuestras emociones, pero sé cómo pensáis. Llevo toda una vida hablando con vosotras aunque a veces no pueda, seguro que por mi testosterona, entender algunos detalles de esos pensamientos que tan grandes y misteriosas os hacen.
Perseguid los sueños.
Parir y dar vida fue su primer cometido. Los siguientes los ha tenido que ganar paso a paso, segundo a segundo, gota a gota. Su fortaleza, como una coraza, ha sido construida generaciones tras generaciones. Ha desarrollado la intuición como una persona ciega; la inteligencia como medio de subsistencia; la capacidad como arma reivindicativa; las emociones como filosofía de vida.
Yo vivo de ellas. No de gigoló (¡que ya me gustaría!), sino de hacerlas, o al menos intentarlo, más bellas y resaltar esa belleza que cada diosa lleva en su interior. Darles seguridad con un buen estilo o un color de cabello apropiado. Cuando a veces llegan a mí y me dicen: “¡hazme algo! ¡Cámbiame! No puedo más.” Triste vida, qué injusta es a veces.
Por suerte para la humanidad grandes mujeres han destacado a lo largo de la historia, demostrando que el mundo es de ellas. La capacidad de soportar el dolor físico y espiritual que han padecido durante generaciones les ha hecho invencibles. Las que lo han conseguido ahí están haciendo temblar los más inverosímiles resquicios machistas que aún existen.
Que el mundo de la moda, peluqueros, fotógrafos, maquilladores, diseñadores…, está dominado por hombres es algo visible. Ellos, parece ser, deciden por mayoría cuáles son los cánones actuales y futuros de la moda. Ellas los aceptan y como tal se sienten resignadas al papel profesional que les ha tocado vivir.
Yo me pregunto: ¿realmente está luchando el colectivo femenino, por cierto el más numeroso de nuestro sector, porque esto cambie? ¿O bien vivís en la comodidad de pensar que esto no tiene solución? Sí, sí… ya sé… Tenéis que parir, es vuestro primer cometido. Luego la familia, cuidarla es prioritario. Sin daros cuenta, con los años, os vais convirtiendo en súper-women trabajando fuera y dentro de casa. Vuestras parejas progresan en su vida laboral y vosotras, muchas de vosotras, quedáis ahí con vuestros negocios, proyectos de futuro y crecimiento personal relegados a una ayuda familiar que, en muchas ocasiones, tenéis que abandonar o sacrificar en detrimento de vuestra pareja.
Tener hijos es maravilloso y vital. Aunque en la vida profesional de una persona el tiempo perdido por tener un hijo o dos es puramente anecdótico. La familia y sus cuidados es cosa de mayor implicación. ¿Hay más cosas? Ya lo sé… No siento como vosotras, ni tan siquiera puedo tocar vuestra sensibilidad ni sentir todas vuestras emociones, pero sé cómo pensáis. Llevo toda una vida hablando con vosotras aunque a veces no pueda, seguro que por mi testosterona, entender algunos detalles de esos pensamientos que tan grandes y misteriosas os hacen.
Perseguid los sueños.
Haced realidad vuestras ambiciones. No esperéis más. Empezad la revolución de vuestra profesión demostrando vuestra valía. Implicaos más en nuestro colectivo. Luchad por vuestros ideales. Sed lo que queráis ser, demostrándoos cada día que la felicidad se tiene que ir construyendo de pequeñas cosas.
Continuará…
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