lunes, 15 de marzo de 2010

CABELLOS DE CHOCOLATE.......



Cabellos de chocolate......

…, rellenos de vainilla, crema, nata. Cabellos dulces como alas de ángel. Pelos que brotan de los bulbos gelatinosos y profundos de lo más interno de la dermis. Y nosotros: maestros pasteleros, cirujanos sin título. Cortamos, adornamos, coloreamos y cambiamos sus medidas. Transformamos sus volúmenes sin importarnos, en muchas ocasiones, las consecuencias físicas o morales que tal hecho comporta en nuestros sufridos, pero predispuestos, clientes. Ellos acuden a nosotros con la esperanza de encontrar la mejor clínica de rejuvenecimiento donde realizarse un lifting de imagen a un precio de ganga, y que no sea una posibilidad si no una autentica realidad.
Pasteleros, cirujanos, arquitectos, psicólogos, charlatanes, vendedores, sacerdotes,… y un sinfín de niveles sociales los cuales ejercemos sin titulación y sin haber asistido nunca a la universidad o ciclo formativo. Somos peluqueros, estilistas, barberos, esteticistas,… un amplio colectivo de miles de profesionales de los cuales muy pocos tienen una titulación oficial. Vagamos en locales como nómadas en un desierto de asfalto y polución sin una ley que nos regule. Todo en suelo europeo, con normas europeas, con moneda única y en pleno siglo XXI con sus diez años de antigüedad.
Todos nos escandalizamos cuando los medios de comunicación nos informan de los salones con “final feliz” dirigidos por distintos colectivos. Peluqueros, al fin y al cabo. O al menos, eso pone en sus puertas como en las nuestras. Solo diferencia la raza o el color del profesional que atiende. ¿Es mala la pluralidad profesional? Claro que no, por supuesto que no. Lo realmente malo es la política y los políticos que tienen la potestad de las reglas del juego, de las leyes, y no las ejecutan o simplemente pasan del tema.
Vivimos en una sociedad donde los negocios de imagen y cuidado personal campan a sus anchas sin unas normas claras y transparentes, donde montar un negocio de peluquería o estética es tan fácil como comprar el pack de belleza de la señorita Pepis. Si ya nos obligan a pagar todos los impuestos, protección de datos de los clientes y proveedores, reciclaje selectivo de basura, plan de riesgos laborales, medicina preventiva, derechos de autor de la música que escuchamos, etc.… ¿Cuándo se regulará el compromiso profesional de nuestro sector? Un compromiso que dé garantías al consumidor; que dé credibilidad a un local abierto; que detrás de cada puerta haya un profesional responsable que cumpla todos los requisitos sociales; que el intrusismo en nuestro sector sea algo anecdótico, pues éste necesita ser creíble, demostrar su valía y reconocimiento social.


Mientras nuestros políticos deciden si vale la pena tener en cuenta, o no, a nuestro sector, que nos dejen en anarquía total: sin derechos y sin obligaciones. O por lo contrario, que se aprieten los machos y regulen nuestro oficio como en muchos países europeos.
Hasta que todo llegue, si es que llega, los peluqueros de este país seguiremos cortando y embelleciendo CABELLOS DE CHOCOLATE,… rellenos de vainilla, crema, nata. Cabellos dulces como alas de ángel. Pelos que. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

JULIÁN GIJÓN

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