miércoles, 1 de junio de 2011
«COGITO ERGO SUM»
«Cogito ergo sum». «Pienso, luego existo». Descartes abrió con esta frase una nueva época de la historia de la humanidad: la modernidad, con sus pretensiones revolucionarias sobre la autonomía de la razón. La mente descubriéndose a sí misma. Como por arte de magia, este filósofo indujo a un cambio histórico con sus pensamientos utilizando la irracionalidad del cerebro.
Mucho se habla últimamente del fracaso educativo de nuestro país. Nuestros jóvenes – futuros motores del engranaje económico y social – vagan perdidos en el mar de la incompetente y salvaje incomprensión de los adultos. Dirigentes políticos y demás incompetentes funcionarios sólo se preocupan por sus propios intereses. No les importa el legado que dejarán a las generaciones venideras. Son testigos impasibles del abandono prematuro y del fracaso educativo que nos envuelve como una culebra de grandes dimensiones.
Nuestro sector no se escapa de esta epidemia cruel y devastadora, donde generaciones de futuros peluqueros que cursan grados de formación profesional se están perdiendo el progreso y el bienestar futuro. Del sector educativo privado mejor hoy no hablar. Estamos viendo que el modelo actual de enseñanza y aprendizaje de los grados formativos no da la respuesta que el mercado empresarial demanda a la salida laboral de dichos alumnos. Presenciamos como el sistema de las prácticas obligatorias e indiscutiblemente necesarias siguen su curso sin normas claras y concisas o sin protocolos claros y altamente profesionalizadores. Añádase, en primer lugar, la despreocupación de los centros de formación en elegir sitios adecuados y, a posteriori, una parte empresarial que se adhiere a estos programas sólo para su beneficio individual. Súmese a todo ello la espiral de la incompetencia generalizada. ¿Quiénes son los perjudicados? TODOS, sin exclusión.
Como siempre me permito hablar de una mayoría por mi experiencia personal en mi lucha constante por la dignificación de la peluquería. Por supuesto que hay excepciones, o al menos ésa esperanza tengo. Algo ha dejado de funcionar en este país. Luchamos encarecidamente por tener grados formativos en nuestras ciudades y cuando los tenemos nos chocamos con los funcionarios que se rigen al pie de la letra de los manuscritos oficiales sin escuchar a la voz empresarial.
La razón, la mente, la autonomía, la modernidad, el descubrimiento, el pensar, el existir,… Descartes: ¿para qué demonios pensaste? ¿Para qué tu cerebro se tomó la molestia de traspasar de lo racional a lo irracional? ¿Para qué llegaste a la conclusión de «COGITO ERGO SUM»? No hubiese sido mejor aprobar unas oposiciones. Tener plaza para toda una vida laboral a titulo de perpetuidad y que el colectivo educativo se muera o reviva a expensas de una posible motividad de unas personas que se sienten quemadas de su trabajo.
Estamos siendo testigos de una generación que será, a ciencia cierta, más pobre que la de sus padres. Un legado triste que dejamos a nuestros jóvenes. Aunque, a lo mejor, si todos somos capaces de hacer una gran reflecsión hasta podríamos avanzar con éxito a la nueva peluquería del siglo XXI…………Total solo tenemos que seguir este orden: ´COGITO ERGO SUM´´
JULIÁN GIJÓN
ASESOR ARTISTICO – CREATIVO DE KIN COSMETICS
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