jueves, 8 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

 
           
 Hoy miraba mis apuntes en una libreta de hojas blancas bastante desgastada por el múltiple uso a la que la tengo sometida. En ella apunto pequeñas cosas que me pasan durante el día, que recopilo y suelo leer como parte activa de mi memoria con el fin de que ello me ayude a plasmar mis experiencias cotidianas. Hoy me he dado cuenta de que estoy escribiendo el último artículo del año. Sí, sí, es Diciembre. En un momento he percibido la rapidez y la intensidad con la que ha pasado este año. Mi libreta está casi a punto de explosionar. Tiene palabras que solo yo sería capaz de descifrar, tachones que dañarían la visión de cualquier persona desordenada, faltas de ortografía de una gravedad que traspasa las leyes del salvajismo lingüístico... Pero, ¡qué puñetas!, es mi libreta, mi espacio privado, mi pequeña memoria complementaria, y de ahí nacen mis artículos, mis frases y mis pensamientos. En ella, a veces soy feliz, a veces estoy triste. En ella, canto a la vida, a veces también lloro, a veces eufórico y, he de confesar que en ocasiones, algo melancólico, aunque, con toda seguridad, los instantes positivos ganan por goleada a los negativos.

            Aún así, espero haberos transmitido a lo largo de este año muchas palabras, mensajes, consejos...

Enero: “El éxito es muchas veces nuestro peor enemigo


Febrero: A partir de ahora el talento personal, y no la cultura del pelotazo, marcarán el rumbo de nuestro país y de nuestro sector


Marzo: Crear equipos con una nueva filosofía


Abril: No quiero seguir viviendo en la impotencia de ver una realidad que no me hace feliz


Mayo: Pongámonos a trabajar e instalemos en nuestras mentes el androide de la estimulación creativa


Junio: Son testigos impasibles del abandono prematuro y del fracaso educativo que nos envuelve como una culebra de grandes dimensiones


Julio - Agosto: Licencia para matar. Licencia para innovar. Licencia para crear


Septiembre: Necesitamos experimentar y, lo más importante, publicar y compartir. He ahí el secreto


Octubre: En definitiva, estar preparados para poder afrontar con éxito la nueva peluquería del siglo XXI


Noviembre: “¿Pensáis que habéis acabado? ¡NO!.Si pensáis eso, ahora vendrá vuestra decadencia


Diciembre: No, hoy mi frase no va dirigida hacia vosotros. Creo que por este año ya está bien. Mejor que la última reflexión del año la haga cada uno internamente después de analizar su propia  trayectoria personal y profesional.

            Hoy, mis últimas frases van dirigidas a pequeñas notas de mi libreta. A amigos y compañeros que en este año nos habéis dejado un poquito más solos. Son palabras escritas con dolor y tristeza. Palabras que se convierten en sentimientos, y sentimientos en palabras. Donde nada cabe, solo la desesperación de sentir que ya no compartirán tu vida física y cotidiana. Lo siento, pero no puedo por menos que ser egoísta al pensar que con los años dicen que te haces más sabio, pero también te vas quedando más solo.

            Jua..... pil....Lin....ko.. o.... U ..... a.... A..... Perdonadme que no ría. Perdonadme que aún tenga rabia, que no entienda que vosotros seguís estando aquí... que me duela la Navidad.

            Por vosotros. Por todos... FELIZ NAVIDAD


             Julián Gijón
            Asesor  Creativo - Artístico de Kin Cosmetics

viernes, 4 de noviembre de 2011

LA PELUQUERÍA DE LAS EMOCIONES


            Al acabar la cena-coloquio —a la cual fui en calidad de contertuliano— y después de debatir intensamente sobre mis puntos de vista ante un numeroso grupo de profesionales,  noté que algunos me escuchaban atentamente demostrando admiración por mis palabras —lo notaba por el agrandamiento de sus ojos y por el movimiento afirmativo de sus cabezas— y otros lo hacían con cierta reticencia —tal vez pensaban que era un esnob o un pequeño fantasma—.  La verdad es que no era mi pretensión provocar ninguno de los dos efectos. Aunque, como pecador en la vanidad  y currante nato de mi profesión, prefiero conseguir lo primero a lo segundo.
            Para finalizar mi intervención les dije: el año se nos está acabando y lo único real y firme que sabemos a estas alturas sobre la economía de nuestros salones es que “este año, con toda seguridad, será mejor que el que viene”.  No penséis, ni por un momento, que esta frase es un alegato al pesimismo o un clamor a la derrota de las esperanzas y de las ilusiones. No, por supuesto que no, sino todo lo contrario. El ser conscientes de la situación nos hará reaccionar con la energía necesaria para poder seguir marcando una buena ruta para nuestros negocios.

            De los que no han hecho los deberes profesionales, personales y económicos de su salón «hoy no toca (hablar)» —célebre como triste y famosa frase puesta de moda por un político de nivel nacional—. Ellos han elegido el camino fácil y amplio de la no menos célebre «dejémosla ver venir». Aunque si son capaces de sobrevivir al envite socioeconómico del próximo año, siempre serán bienvenidos a la primera y única liga en la que, actualmente, juega la nueva peluquería del siglo XXI.
            Hoy mi reflexión va dirigida a los que sí han hecho los deberes con mayor o menor precisión —les comenté a todos los participantes de la cena-coloquio—. ¿Se han dado cuenta de que es el único y primer camino para sobrevivir en esta jungla de pelos, piojos, tendencias y nuevas técnicas?
             ¿Pensáis que habéis acabado? ¡NO!... Si pensáis eso, ahora vendrá vuestra decadencia. Felicidades, estáis en línea de salida. Esto no es más que el principio. La carrera promete ser larga y angosta. Pero, ¿alguien dijo que esto sería fácil? Una vez llegado a este punto de entendimiento, nos llega una de las primeras soluciones: la peluquería de las emociones. Convertir nuestro espacio de trabajo en un lugar sensorial es, sin lugar a dudas, el siguiente paso para que nuestros mensajes sigan avanzando en la senda del éxito y que así marquemos la diferencia con nuestros competidores más inmediatos.
              Tacto, olfato, audición, visión y gusto. Desarrollar los cinco sentidos en nuestro espacio de trabajo será la nueva clave para la nueva peluquería de las sensaciones. 

            ¿Queréis pasar conmigo al lado sensorial de nuestra mente?...
            CONTINUARÁ…

            Julián Gijón
            Asesor artístico-creativo de Kin Cosmetics

martes, 11 de octubre de 2011

CAMINO A LA ESPERANZA

             
   Bruselas, 10/03/2009

                Con el acuerdo tomado en esta fecha el IVA reducido al sector de las peluquerías, que nos beneficiaba temporalmente hasta finales del 2010, pasó a ser permanente. El ECOFIN (Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la UE) llegaba a este acuerdo. Éste fue posible tras vencer las reticencias de países como Alemania o Dinamarca y gracias a la buena gestión realizada por nuestra representación política encabezada por el ex ministro Pedro Solbes. Supieron con gran acierto hilar y tejer los difíciles entresijos de los pasillos políticos europeos.
                Para que todo esto fuera posible y que nuestros políticos defendieran nuestros intereses en Europa muchos fueron los que lucharon por hacer llegar esta propuesta al escenario político. Gremios, asociaciones y colectivos de casi todas las comunidades autónomas de España. He de confesar que yo, personalmente, estuve entre ellos como presidente del GPIC intentando poner mi granito de arena en aquella lucha de intereses económicos.

                Yo, idealista, pensador, soñador, luchador por la innovación, intuía en esos momentos que tal hecho podría ser una gran solución para la micro-peluquería de nuestro país. Tener una reducción del impuesto del valor añadido, y para siempre, nos permitiría inversiones para la mejora de nuestros salones y tener más recursos para prepararnos a nivel empresarial, técnica y artísticamente. Poder mirar de cara a cara a nuestros colegas europeos en poco tiempo. En definitiva estar preparados para poder afrontar con éxito la nueva peluquería del siglo XXI.

                
Han pasado ya varios años de aquella lucha y he de confesar que ahora me cuestiono si fue una buena decisión. Creo que la idea de tener un IVA reducido para nuestro sector no se ha aprovechado como realmente se pretendía. O como pretendíamos los ilusos soñadores e idealistas que pensamos con una visión plural y de conjunto. El argumento político para conseguirlo se basó en que nuestro sector donde la mano de obra es uno de los puntales importantísimos para el desarrollo de nuestro oficio. No quiero decir que dicho argumento no sea cierto pero ni eso hemos sido capaces de hacer: tener unas plantillas donde imperara el razonamiento y la visión de futuro de nuestros negocios. 

               
Hoy existen infinidad de micro-peluquerías en nuestro país dirigido por personas resentidas de cómo fueron tratados en sus empresas. Donde la palabra «jefe» o «jefa» aun suena con tono despectivo. Hemos confundido la palabra gestionar con la de controlar y eso ha matado la admiración mutua inherente para que la colaboración en equipo sea plausible. Aun tenemos como prioridad que un buen sistema informático funcione más contra el posible fraude de nuestros empleados que con la propia gestión de nuestro salón. De preocuparnos con excesivo celo de sus tiempos en los servicios que realizan. De pensar en qué pasaría si nosotros no estuviéramos allí para controlar... Y mil ejemplos más que ahora no citaré pero que todos sabemos. Con ello destruimos la creatividad de nuestro equipo de trabajo y convertimos nuestras empresas en una especie de comisaria donde se enquista su crecimiento y finalmente muere.

                No podemos dejar que ese virus contagie nuestro espacio de trabajo, ni que todos paguen el mismo precio de un mal colaborador. Todo es tan fácil como creer en él o despedirlo. Erradicarlo cueste lo que cueste.

                Siempre a lo largo de la historia de la humanidad lo más difícil de conseguir ha sido un buen líder y a ello me remito cuando a mi mente llega una frase del cantar del destierro del Mio Cid a la entrada de Burgos:
                ……… Y de los labios de todos sale la misma razón:
                ´´ ¡Qué buen vasallo sería si tuviese buen señor! ´´……….

Julián Gijón
Asesor artístico-creativo de Kin Cosmetics

lunes, 5 de septiembre de 2011

SANCHO O QUIJOTE… SOY



            «Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?»

            Célebre cita de nuestro libro más universal. Hace unos días lo ojeaba por pura casualidad mientras limpiaba la estantería de mi pequeña biblioteca. He de confesar, y el  que confiesa, bien descansa, que nunca he leído el Quijote de principio a fin. Fragmentos, pequeños capítulos, e informaciones diversas me hicieron poder tener un cierto criterio y hablar como un autentico entendido de tan majestuosa obra literaria. Recuerdo cuando en Primaria tuve que hacer mi primer trabajo literario. Precisamente fue sobre Cervantes y  su obra maestra. En ese momento  tuve que tomar la decisión creo que más importante de mi vida: decidir si ser un cabal seguidor de la humanidad  como Sancho o bien, un loco imaginario y creativo Quijote que a su manera, luchaba por un nuevo orden. Pienso que los que me conocéis, sabéis cual fue mi decisión.

            No puedo menos que estar rabiosamente pleno de felicidad. Veo, cuanto más camino hago en el mundo de la moda y la peluquería, la cantidad de personas que optaron por ser Quijotes. Profesionales que sin duda alguna harán resurgir una nueva síntesis de nuestra profesión. Nuevas fronteras que se abren  a la creatividad. Los laboratorios de ideas ya son una realidad. Necesitamos experimentar y, lo más importante, publicar y compartir... “He ahí el secreto”. Para luego entre todos hacerlo crecer y mejorar su formato tanto técnico como artístico. Enseñar a nuestros jóvenes, futuros herederos del legado presente, que la vida regalada no tiene futuro. Únicamente  el esfuerzo y el trabajo diario tienen continuidad y éxito.


             Sólo una sombra oscura planea sobre tanta dicha. Somos una sociedad acostumbrada a los elogios: maravilloso; eres el mejor; el más guapo; trabajas como nadie; lo tuyo...irreal; eres increíble; genio; crack; eres un marciano… Y no digo que no sea verdad, pero, compañeros ¿sabéis qué es lo que hacía más fuerte a Don Quijote?  La crítica. Sí, sí, la crítica. “Sea como sea, bienvenida sea”.  Tanta adulación y halagos finalmente nos debilitan en nuestro quehacer diario y la lucha cotidiana se va diluyendo como la gelatina al contacto con el agua caliente. En cambio, la crítica nos da fuerza, muscula nuestra mente y nuestros sentimientos. Nos da energía suficiente para sentirnos vivos y saber que nos siguen teniendo en cuenta.

            Yo en estos momentos me quedo como referente una frase de mi querido y célebre caballero andante, utilizada por Orson Wells en un dialogo de la película “El Quijote”:

            “¡Nos ladran Sancho!, señal de que avanzamos.”



            JULIÁN GIJÓN
            Asesor Artístico Creativo de Kin Cosmetics

miércoles, 6 de julio de 2011

«BOND, JAMES BOND»

                 
ACCIÓN:

                Nunca una frase ha sido tan repetida y célebre en el cine made in USA.  Diferentes  intérpretes, situaciones, escenarios... y siempre una respuesta: «BOND, JAMES BOND». ¡Increíble, increíble! Generaciones  enteras la hemos escuchado en estéreo y la hemos esperado como el mejor acontecimiento de la tarde de cine. Y, aunque a veces ya no nos sorprendía, nunca nos ha dejado que nos marcháramos indiferentes.
                Licencia para matar. Licencia para innovar. Licencia para crear. Licencia para que tomemos nota y lo apliquemos en lo cotidiano de nuestros negocios. Tal vez no podamos cambiar el...: “Buenos días señora Pepita. ¿Hoy que se hará? -como si fuese ella la que se ha de cortar o peinar-”. Pero sí podemos hacerlo con el marco, la forma, el color, el entusiasmo, la innovación, las ganas... El no conformarnos toda nuestra vida con hacer lo imprescindible y convertirnos en conformistas por ello. Si lo hacemos pagaremos un precio muy alto por nuestra mediocridad y ello nos conducirá a déficits de autoestima.


   REFLEXIÓN:


              Mientras un pequeño grupo de profesionales de nuestro sector, por fortuna cada día más amplio, vive en la realidad de la nueva empresa basada en la inteligencia colectiva y se sumerge en la era de la web 2.0 donde comparte ideas, trabajos o nuevas formulas de progreso; donde avanzar técnica y artísticamente se ha convertido en su quehacer cotidiano; donde la fórmula es tan sencilla como regalar sus ideas y que entre todos se enriquezcan y aporten las soluciones a la nueva peluquería del siglo XXI; ... Otro grupo, desgraciadamente más numeroso, vive aún en una cueva oscura con nombre de peluquería. Sin luz “corriente”, sin agua “eléctrica”, sin mirar a su vecino. Aislados por un ego profesional anclado en el pasado y característico de sociedades conformistas y altamente industrializadas y mecanizadas. Donde el fax, el busca y la máquina de escribir es su tecnología punta y vanguardista; donde la moda cambia por temporadas; donde aún existen las jerarquías  «jefe–empleado» donde el líder se aísla del equipo, y el equipo ni piensa, ni falta que le hace; o donde el día y la noche se marcan como una regla conformista y necesaria para las personas de buena fe...


                DESENLACE:


                Con «BOND, JAMES BOND», la frase más repetida del cine pero al mismo tiempo la más actualizada en sus decorados y misiones, os dejo esta última reflexión de este semestre. «REINVÉNTATE O EREUM», «EL TENDÓN DE AQUILES», «DULCE  DE LECHE», «LA PASTILLA AMARILLA», «ROBOCOT» y «COGITO ERGO SUM»  nos han dejado una visión -o por lo menos bajo mi modesta opinión- de los problemas y de las posibles fórmulas que den una salida exitosa a nuestro sector.


                BESO FINAL Y…  THE END:


                No sé cuántos sobreviremos a esta nueva realidad en la cual ya estamos sumergidos. Yo, personalmente, continuaré regalando mis ideas y enriqueciéndome de todo lo que me rodea para que, por muchos años, pueda seguir diciendo.........   «BOND, JULIÁN BOND»


                JULIÁN GIJÓN
    Asesor Artístico Creativo de Kin Cosmetics