Conchita, Rosa, Rosario, Merche, Inma, María, Carmen, Josefa, Isabel, Ana María, Paqui, Pilar, Loli,… Cualquiera de ellas, habitualmente, nos visitan en nuestros salones. Son unas generaciones de mujeres seguras de sí mismas; preocupadas por su peso; obsesionadas con su imagen; luchadoras natas de las canas de las sienes y los frontales; enemigas acérrimas a los michelines barrigueros; incondicionales de las cremas milagro planchadoras de las arrugas faciales; admiradoras del bisturí; enemigas de los pechos caídos; fans de las redes sociales; adictas al pelo liso y melena pija; coleccionistas de zapatos; descubridoras del fondo de armario; reinas de las mechas rubias; especialistas en tarjetas visa, Master Card y American Express; pero sobre todo humanas; madres; cosmopolitas; contemporáneas en constante renovación; feministas y femeninas; independientes; trabajadoras dentro y fuera de casa; inteligentes, audaces y seductoras. Si, muy seductoras. Son nuestras clientas ´´´BABY BOOM´´´´.
Es la generación que más visitas ha generado a nuestros salones, más color se ha puesto, más dolores de espalda ha creado a los trabajadores de peluquería de tanto estirar sus cabellos y ha sido testigo de la evolución de nuestra profesión. Ha sido la que ha contribuido a la creación de la micropeluquería en nuestro país. Gracias a su frecuencia semanal a nuestros salones, haciéndonos líder en visitas por año en Europa, han aportado una importante suma económica a nuestras cuentas de explotación. Aunque a veces las tierras firmes al final también se pueden convertir en movedizas y embullirnos sin darnos cuenta.
´´LOS TIEMPOS CAMBIAN Y LA MENTALIDAD DE LA GENTE TAMBIEN´´
“Explosión de natalidad” es la expresión castellana equivalente en inglés por todos conocido como “BABY BOOM”. Se intensificó en nuestro país a partir de los años 50 y se prolongó durante todo el franquismo hasta 1975, momento en el que la natalidad comenzó un declive muy acentuado siendo éste el año líder en nacimientos en nuestro país. Miserablemente, nos vemos arrastrados por una crisis económica y de valores sociales en la cual todos hemos contribuido en mayor o menor medida. Se han roto los moldes de vida establecidos durante muchas generaciones y un nuevo concepto de vida está llegando a nosotros. No debemos pensar ni esperar que esto cambie porque es una nueva realidad social de cambio generacional, creo que necesaria, en la cual tenemos el privilegio para los más audaces y el infortunio para los más conformistas de ser espectadores de primera fila.
El “BABY BOOM” sigue en la calle consumiendo y viviendo. Su concepto ha cambiado y su mentalidad, en poco tiempo, nos descubrirá que “o reinventamos de nuevo nuestra profesión o mejor instalemos un huerto de tomates en nuestros espacios de trabajo”. Sus hábitos están cambiando como tsunamis que nos arrastran mar adentro a la velocidad de un huracán. Si fuimos capaces de darles durante tantas décadas lo que necesitaban ahora no debe de ser menos.
Y… ¿sabéis por qué? Porque los peluqueros de este país también somos “BABY BOOM” y cuando colegas de otros países me preguntan cómo es capaz de sobrevivir la peluquería española, yo les contesto - ¡SOMOS SUPERVIVIENTES!